«Viviendo en Uruguay – Los niveles socioeconómicos en imágenes»

Este libro de Alain Mizrahi, técnico y artístico al mismo tiempo, es una herramienta de trabajo para los profesionales y académicos de las ciencias sociales, de la comunicación y del marketing en general, y una ilustración del Uruguay real para cualquiera que tenga interés por conocerlo. Ilustra, en sus 220 páginas en formato 28×20, los siete niveles socioeconómicos del Uruguay a partir de 700 fotos de fachadas, cocinas, baños, dormitorios y espacios comunes de 67 hogares «típicos» de cada nivel, en Montevideo y 8 ciudades del Interior. Todas las fotos son de Antonio Scuro («Chuky»), muy conocido por su extensísima carrera como fotógrafo de prensa.

En 2011, nuestro querido colega mexicano Heriberto López Romo nos dio la idea de este libro, que él había realizado en su país. En ese momento batallábamos en Uruguay por explicarle a muchos profesionales del marketing y de las ciencias sociales cómo se construía el Indice de Nivel Socioeconómico, y Heriberto nos mostró lo simple que era: con fotos. De ese encuentro surgió la primera edición de «Viviendo en Uruguay», en 2013. Diez años más tarde juntamos fuerzas y coraje y reincidimos. El resultado es esta nueva edición, gracias a la colaboración de la Universidad ORT Uruguay, Unilever, Salus, ANTEL, BROU, Fenedur SA (Poxipol), la Cámara Uruguaya de Agencias de Medios y VML (ex Young & Rubicam).

Desde la primera edición del libro en 2013 cambió el mundo, cambió el Uruguay, y cambiaron los hogares uruguayos. Cambiaron los televisores, las computadoras, los muebles, los WC, los electrodomésticos, los estilos de decoración. La pandemia hizo lo suyo, muchos se animaron al «hágalo usted mismo» con tutoriales de Youtube. Pero también incidieron las redes sociales, en particular Pinterest e Instagram, aportando nuevas ideas y globalizando (aun más) los estilos de decoración. También tuvo que ver una mayor oferta de productos y rangos de precios, volviendo accesibles artículos que antes no lo eran. Y la explosión del e-commerce permitió que el Interior pudiera acceder a la misma oferta que Montevideo.

Mientras recorríamos el Uruguay con «Chuky», nos asombramos de lo diferentes que podían ser dos hogares de un mismo NSE, aun teniendo capacidades de consumo similares. Ningún modelo econométrico puede explicar el buen o mal gusto para la decoración, o lo que cada hogar prioriza en materia de confort. Nos sorprendió la austeridad de muchas casas y de la acumulación de objetos decorativos en otras; el orden y la pulcritud de algunas y el caos de otras.